Instrucciones:
- Precalentar el horno:
- Precalienta el horno a 180°C (350°F). Coloca cápsulas de papel en un molde para magdalenas o muffins.
- Batir los huevos y el azúcar:
- En un bol grande, bate los huevos junto con el azúcar hasta que la mezcla esté esponjosa y blanquecina. Esto tomará unos 5 minutos con una batidora eléctrica.
- Añadir el aceite y la leche:
- Incorpora el aceite poco a poco mientras sigues batiendo. Luego añade la leche y la ralladura de limón o el extracto de vainilla. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén integrados.
- Tamizar los ingredientes secos:
- Tamiza la harina, la levadura química y la pizca de sal. Añade esta mezcla a la preparación anterior en varias tandas, mezclando suavemente con una espátula o batidor de mano, con movimientos envolventes, para evitar que la masa pierda aire.
- Refrigerar la masa (opcional):
- Para que las magdalenas queden con una mejor textura y suban más, deja reposar la masa en la nevera durante unos 30 minutos. Este paso es opcional, pero recomendado.
- Llenar los moldes:
- Llena las cápsulas de magdalenas hasta 2/3 de su capacidad. Si lo deseas, espolvorea un poco de azúcar sobre la parte superior de cada magdalena para crear una capa crujiente.
- Hornear:
- Hornea en el horno precalentado durante 15-20 minutos, o hasta que las magdalenas estén doradas y al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
- Una vez horneadas, retira las magdalenas del molde y déjalas enfriar sobre una rejilla.
Consejos:
- Textura esponjosa: Batir bien los huevos con el azúcar es clave para que las magdalenas queden esponjosas. No te saltes este paso ni lo apresures.
- Variaciones: Puedes personalizar las magdalenas añadiendo chispas de chocolate, almendras laminadas o incluso un toque de canela a la masa.
- Almacenamiento: Guarda las magdalenas en un recipiente hermético a temperatura ambiente para que se mantengan frescas durante varios días.
¡Disfruta de estas magdalenas caseras muy esponjosas, perfectas para cualquier momento del día!
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