Ingredientes:
2 tazas de harina de trigo
1 cucharadita de polvo de hornear
1/2 cucharadita de sal
1/4 taza de mantequilla fría, cortada en cubitos
1 taza de queso rallado (puede ser queso cheddar, mozzarella, parmesano o una mezcla de tus favoritos)
1/2 taza de leche (puede ser más, según sea necesario)
1 huevo, batido (para barnizar los pancitos)
Instrucciones:
Precalentar el horno:
Precalienta tu horno a 180°C (350°F) y prepara una bandeja para hornear con papel encerado o ligeramente engrasada.
Mezclar los ingredientes secos:
En un tazón grande, tamiza la harina, el polvo de hornear y la sal.
Añadir la mantequilla:
Añade los cubitos de mantequilla fría a la mezcla de harina. Con las yemas de los dedos o un tenedor, mezcla hasta que la mantequilla se integre y la mezcla parezca migajas gruesas.
Incorporar el queso:
Añade el queso rallado y mezcla bien para que se distribuya uniformemente en la masa.
Agregar la leche:
Añade la leche poco a poco, mezclando hasta que la masa se una. Debe quedar suave y ligeramente pegajosa. Si está demasiado seca, añade un poco más de leche.
Formar los pancitos:
Con las manos enharinadas, toma pequeñas porciones de la masa y forma bolitas del tamaño de una nuez.
Coloca las bolitas en la bandeja para hornear, dejando un pequeño espacio entre ellas.
Barnizar los pancitos:
Pincela los pancitos con el huevo batido para darles un bonito color dorado al hornearse.
Hornear:
Hornea en el horno precalentado durante 15-20 minutos, o hasta que los pancitos estén dorados y firmes al tacto.
Servir:
Retira del horno y deja enfriar un poco antes de servir. Son perfectos para disfrutarse calientes, acompañados de mantequilla o solos.
Espero que te encante